Pueblo Otomí
Campeche, Chihuahua, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán de Ocampo, Puebla, Querétaro Arteaga, Tlaxcala y Veracruz de Ignacio de la Llave
Las comunidades del Pueblo Otomí se asientan en el Valle del Mezquital, en la región occidental del estado de Hidalgo, en los municipios de Toluca, Temoaya, Acambay, Juquipilco, Otzolotepec, Morelos y Chapa de Mota del estado de México, en la región huasteca de Veracruz, en los municipios de Amealco, Tolimán y Cadereyta de Querétaro, en Tierra Blanca, Guanajuato, en los municipios de Pahuatlán, Pantepec y Chila-Honey de Puebla, en el municipio de Zitácuaro en Michoacán y en Ixtenco de Tlaxcala.
Su idioma pertenece a la familia oto-mangue, grupo lingüístico cuyos componentes poseen historia y tradiciones culturales altamente diversificadas. Dentro de esta familia, existen cinco divisiones: 1) otomí-mazahua, 2) pame del norte, 3) pame del sur, 4) matlazinca-ocuilteco, y 5) chichimeca.
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El Pueblo Otomí ha mantenido viva su memoria histórica a través de su artesanía, que florece en formas tan variadas como bellas. Los tenangos de Hidalgo, bordados con delicadeza en blusas, vestidos, tapetes y bolsas, son un canto a la flora y fauna de su tierra, representadas con trazos orgánicos y colores vibrantes. Los picados de papel amate de San Pablito Pahuatlán, en el estado de Puebla, y las muñecas Lelé de Amealco, en Querétaro, o las emblemáticas muñecas María del estado de México, son testimonios tangibles de una tradición que trasciende.
La cosmovisión otomí también se plasma en sus construcciones, cada elemento arquitectónico del Centro Cultural de Temoaya sigue un patrón cargado de simbolismo y significado profundo.
En el ámbito de la gastronomía, los otomíes son herederos de una rica tradición, siendo productores del pulque, esa bebida ancestral que ha sido un pilar en el Valle del Anáhuac. Hoy en día, además, destacan por la comercialización de delicias como el mixiote y la barbacoa de borrego, platillos que conservan el sabor de su tierra.