Pueblo Pima
Chihuahua y Sonora
La expresión “pi’ma”, en su idioma original, puede traducirse como “no hay”, “no existe”, “no tengo” o, posiblemente, “no entiendo”. Esta palabra era utilizada por los hablantes en sus respuestas a los primeros españoles (yoris) durante el período de la conquista, quienes adoptaron una forma castellanizada del término que conlleva una connotación de negación; no obstante, la autodenominación en su lengua es “O’od” que significa “la gente” o “el pueblo”. La lengua pima pertenece al tronco yuto-azteca, compuesto por los subgrupos taracahíta (cora-huichol), nahua y la rama pima o pimana.
Durante la época colonial, los Pima estaban organizados en tres subgrupos principales: los Ures, los Nebomes y los Yécoras. De estos, los dos primeros han dejado de existir como entidades étnicas. En contraste, los Pima Yécoras mantienen aún aspectos distintivos de su cultura y, actualmente, están localizados predominantemente en la región de Maycoba, Sonora, así como en los municipios de Temosáchic y Madera, Chihuahua. El territorio que ocupan es caracterizado por su topografía accidentada y elevada.
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En la zona predomina la selva baja caducifolia combinada con bosque de coníferas y pináceas, con especies vegetales como tepeguaje, colorín, pochote, chupandía, pino, oyamel, encino, palo blanco y madroño.
En el siglo XX, integrantes del Pueblo Pima se enlistaron en las tropas villistas durante la Revolución Mexicana, así como en la guerra contra los apaches; mientras que otros, ante los conflictos, se adentraron en la sierra y mantuvieron una mutua convivencia con la población no indígena (yoris); sin embargo, al incrementarse la población de esta última en la región, aumentó su demanda de tierra y recursos, por lo que el despojo sufrido por los indígenas pimas creó una situación de franca hostilidad.
Su organización social está centrada en una gobernanza político-religiosa, integradas por un consejo de ancianos y un gobernador tradicional “kováaly” y diversas autoridades agrarias y tradicionales que trabajan de forma coordinada en beneficio de las comunidades.
Hoy el Pueblo Pima aún conserva la medicina tradicional, mediante curanderos y parteras que usan la herbolaría; la fabricación de ollas de barro, sombreros y petacas (cestos multiusos) a base de palma y zacate, respectivamente, y la elaboración de utensilios de madera; su principal actividad económica, es la agricultura para autoconsumo de maíz, trigo y papa.